La hospitalización debido a una insuficiencia cardíaca y el reingreso temprano en el hospital son dos de los retos principales del tratamiento de los pacientes con insuficiencia cardíaca, junto con la elevada mortalidad y la poca calidad de vida. La fase vulnerable, en los 30 días posteriores al alta hospitalaria, se considera un período de gran riesgo para los pacientes con insuficiencia cardíaca. Esto puede deberse a una función cardíaca comprometida, concretamente la función sistólica. Por tanto, es extremadamente importante mejorar rápidamente la función sistólica, con una llamada a la acción tras la salida del hospital. Se ha demostrado que diversas estrategias hospitalarias reducen las hospitalizaciones recurrentes. Las claves del éxito son la educación del paciente, la optimización del tratamiento y la continuidad de los cuidados.